Nuestra historia

Erika era una niña que le encantaba pasar el tiempo con su madre en el cuarto de costura que había al fondo de su casa, le fascinaba las telas y con sus distintas texturas y colores hacía lindas creaciones para sus muñecas, soñaba con ser una gran diseñadora de modas pero la vida la llevó por otra dirección y varios años después cuando se convirtió en madre volvió a coger el hilo rojo de su destino, sin duda, su vida dio un giro de 180° al ser madre de “Nata” pues cada día que pasaba era sorprendente todo lo que podía aprender de ella pero lo mejor que aprendió es que nosotras podemos ser libres de elegir nuestro propio destino y que muchos de los miedos que nos impiden a hacerlo nacen en nuestra infancia.

En el año 2018 empezó “Nata Coton”, como una marca de ropa de niñas pensando en la infancia, su perseverancia y disciplina le permitió continuar en el camino del emprendimiento a pesar de que muchas veces las cosas no saldrían como ella esperaba ella no se rindió y vio en cada caída un aprendizaje y en cada aprendizaje un crecimiento, con el tiempo logró mejorar su producto y crear nuevos formatos de tallas como por ejemplo la talla para niñas grandes que surgió con un poco de atención en el contexto social, además, los diseños  pensados desde una percepción empática contribuyó a nuevos valores como el hecho de considerar una basta más amplia en la mayoría de sus diseños para que se pueda desdoblar cuando las niñas crecen y así la prenda le dure por más tiempo. 

Así, desde ese propósito de cuidar la infancia, busca concientizar a más personas a entender la importancia de brindarle a las niñas lo que el mundo les está quitando, mayor libertad para vivir su infancia para que no tengan miedo de perseguir sus sueños, para que vivan con libertad de buscar y hacer aquello que les hace felices.